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sábado, 31 de enero de 2015

#Insoliteces (I): dos poemitas castellanos inéditos en un impreso latino de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona

  Tanto en la página web de PhiloBiblon como en el perfil de Facebook  del mismo proyecto acaba de aparecer la noticia que paso ahora a comentar aquí. Las bibliotecarias de Reserva dela Universidad de Barcelona, mientras estaban registrando con detalle marcas de propiedad y otras anotaciones diversas, encontraron dos poemas castellanos del siglo XVI, copiados a mano entre los folios de guarda de un impreso de 1563. El ejemplar, con signatura topográfica M-5137, reproduce unos comentarios latinos al profeta Isaías por parte del teólogo belga Adam Sasbout (1516-1553). El libro lo imprimió Johan Graphei en la ciudad belga de Amberes, que en aquel entonces, en 1563, contaba con una notable presencia de españoles en sus calles, tal como ya me referí en otra anterior entrada de este blog. 


  Mi colega Gemma Avenoza, la experta en Biblias y manuscritos medievales a quien me atreví a reseñar hace tiempo, se puso en contacto conmigo para la edición de los poemitas que habían aparecido en las hojas de guarda de este impreso. El primero de ellos es este:


El poema fue catalogado ya por Brian Dutton (ID 4963) en su monumental obra El cancionero del  s. XV:  c. 1360-1520, al hallar el mismo poema, con el título de Acabarse am mis plazeres, en uno de los cancioneros musicales portugueses del primer cuarto del siglo XVI. La versión encontrada en el impreso antuerpiense custodiado en Barcelona parece, desde luego, una traducción al castellano de este texto original en portugués.

El texto editado por mí dice así:

  Acabarse han mis placeres
si me voy yo d’esta tierra.
¡Ay, mi Dios! ¿Quién me destierra?
Mis ojos nunca tendrán
otro descanso mayor                                        5
que es llorar con dolor
la vista que perderán.
Mis entrañas se abrirán
con tan justa y cruda guerra…
¡Ay, mi Dios! ¿Quién me destierra?                 10

  Como es frecuente en la crítica textual, utilizo la cursiva para indicar la reconstrucción de una letra o de cualquier elemento gráfico que está ausente en el original. Por ejemplo, si quiero que todo el mundo entienda el 'an' del primer verso, le añado una hache que no tiene en el original (en el Siglo de Oro no había aún regularidad en el uso de las haches, es normal, no es una errata). También subsano lo que puede ser una pequeña errata en el v. 9, pues en el original se lee 'gerra"; por eso, reconstruyo la 'u' que falta pero la marco en cursiva para que todos los lectores entiendan el texto y se percaten de que algo falta en el original. Debajo del poema, tal como puede verse en la imagen, se encuentra esta nota: A 18 de febrero empecé [a] dezir misa. Es una anotación personal de, me atrevo a sugerir, un antiguo posesor del libro, aunque no hay ningún dato que nos permita certificarlo con seguridad.

  La otra composición encontrada en el impreso latino de la Universidad de Barcelona es esta:


  Se trata de un soneto, Mi ofensa es grande, séalo el tormento (BIPA, Texid 12979), atribuido a un casi desconocido poeta del Siglo de Oro, el Padre Pedro de Tablares. Fue identificado por la profesora Avenoza gracias a la existencia de otra fuente del mismo texto encontrada por el profesor RalphDiFranco (Denver University), miembro del equipo de BIPA (Bibliografía de la Poesía Áurea). Las variantes textuales que presenta este texto con respecto a la fuente descrita en BIPA bien podrían indicar que el copista estaba haciendo un ejercicio de memoria, pues yerra en la colocación de algunas de las palabras, algunas rimas son irregulares y le falta un verso al soneto, en el último de los tercetos. Por estos motivos, editar este poema con cierto sentido para que pudiera ser leído me llevó más tiempo que el primero, ya que tuve que considerar todas estas dificultades. La versión final es esta:

  Fue grande la ofensa, séalo el tormento,
mas… ¡ay, tu desamor no me atormente!,
¡Ó, buen Jesús!, que de tu gracia ausente
pensarlo mata… ¿qué hará el sufrimiento?

  Tu cruz, tu sangre [y muerte] te presento,                             5
¡ó, ricas prendas de la pobre gente!
¿Permitirá tu amor divino, ardiente,
que tales esperanças llev’el viento?

  Mas triste de mí, que ya no miro
si tu bondad me salva o me condena:                                      10
tu honra lloro y por tu amor sospiro;

la honra satisfaz con cualquier pena
la culpa quita y quedaré libre d’ella.
[…………………………………]

Justo debajo de este poema se halla la anotación manuscrita en latín:

  Nihil bene cernit amor, videt omnia lumine caeco. Credit amor caecus dedecus esse decus.

  Se trata del conocido tópico de la ceguera del amor, que primero fue utilizado por Ovidio (Heroidas V.51) y más tarde por Andrés el Capellán en su tratado amoroso de tanto éxito en la Edad Media.


  No obstante, como indica el profesor Charles Faulhaber (University of California, Berkeley), es mucho más probable que el anónimo copista de estos poemas haya reproducido el tópico tomándolo del conocido sermonario de Pierre de la Palud, Sermones thesauri nouide tempore (Colonia, 1602, p. 347), que conoció diversas ediciones a lo largo de los siglos XV y XVI.

  Me despido de todos desde la Biritsh Library; quién sabe si podré encontrar algunos de estos pequeños poemas, alguna otra de estas insoliteces de mi investigación que quiero compartir con vosotros en este blog.




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