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miércoles, 31 de agosto de 2016

Despedida: mudamos la porfía a otro sitio

Estimados lectores:

Sólo quería dedicar unas líneas para explicar la ausencia de noticias en los últimos meses. La razón principal, vericuetos personales al margen, es que he dedicido mudar el blog de plataforma. A partir de septiembre, el blog podrá seguirse en Hypotheses.org:



El cambio solo obedece al atractivo de agrupar todos los blogs académicos en una sola plataforma de prestigio. No tengo ninguna queja con blogspot, antes al contrario: ni un solo problema he tenido desde que empecé el blog en 2013. De hecho, lo recomendaré siempre como plataforma para el primer blog de cualquier interesado, por lo intuitivo de su manejo y la posibilidad de hacer muchas cosas invirtiendo muy poco tiempo en ellas. 

Es momento de comenzar una nueva etapa en el blog. A todos los que me habéis leído en alguna ocasión, mil gracias por hacerlo, sobre todo si también os molestásteis en dejar un comentario, pues fueron todos muy estimulantes, cada uno en su medida. Ojalá a partir de septiembre también me leáis en el nuevo espacio.

Espero que hayáis tenido un buen verano y, sobre todo, que tengáis un buen otoño. 

Hasta pronto.

miércoles, 25 de mayo de 2016

#HybrisHispanica: problemas de traducción en 'Juego de Tronos'. ¿Qué hacemos ahora con Hodor?

  No es esta la primera vez que me refiero en este blog a la famosa serie Game of Thrones (Juego de Tronos en español), pues llevo ya bastantes años utilizándola habitualmente en mis clases para explicar historia y literatura española de la Edad Media. De hecho, ahora mismo estoy acabando de redactar un artículo sobre los pros y los contras de enseñar siguiendo la serie, que espero pueda publicarse pronto y compartir así mis experiencias con otros docentes igualmente interesados en tales experimentos educativos. 



  La idea de utilizar la serie me la dieron mis estudiantes, a los que escuchaba conversar y contarse la serie unos a otros tras cada episodio. Había que estar al día de lo que pasaba en cada capítulo, porque si no lo habías visto, perdías el hilo y te enterabas de tramas que no deberías. La entrada de hoy es una de esas, así que, como es preceptivo, toca avisar al lector de que voy a proceder a un total destripe (por favor, dejemos de usar el horripilante 'spoiler') del capítulo quinto de la sexta temporada de la serie. Por lo tanto, si no lo has visto todavía, es mejor que dejes de leer inmediatamente y regreses cuando lo hayas visto.



 Y aquí está tu última oportunidad para abandonar el blog antes de proceder a destripar el episodio.




   Muy bien, tú lo has querido ;-)

   La serie no deja de sorprender a los que la disfrutan añadiendo a las escenas de acción y a las complejas tramas políticas la muerte de personajes importantes, a cual de ellas más inesperada. Desde la de Ned Stark en la primera temporada, a la excelsa y sanguinaria Boda Roja de la segunda, pasando por el envenenamiento de Joffrey Baratheon-Lannister en la tercera, o el más reciente apuñalamiento de Jon Snow (minimizado tal vez por su esperadísima resurrección a inicios de esta temporada), el caso es que los guionistas cada vez se las tienen que ingeniar más para pillarnos por sorpresa. Tal vez por ello han escogido sacrificar ahora al personaje de Hodor, el gigantesco y forzudo sirviente de la familia Stark al cuidado de los pequeños de la saga desde que tuvieron que abandonar clandestinamente su morada de Winterfell (Invernalia). 



  Algún capítulo atrás ya habíamos visto cómo Bran, regresando a la niñez de su padre, tomaba contacto visual con Hodor, en aquel entonces un niño de gigantesco tamaño llamado Wylis, hijo a la sazón de una de las sirvientes de su padre. El detalle que sorprendió a Bran fue que, en apariencia, Wylis no tenía ningún problema y hablaba como los demás, pues, antes de esa regresión al pasado, siempre que aparecía Hodor solo pronunciaba esa palabra, 'hodor', cada vez que era preguntado por algo. Tal como ocurriese en la saga de la Guerra de las Galaxias con Chewbacca, las bromas en la red con Hodor han proliferado, en especial los salones para mantener conversación tales como esta:



  Por desgracia para los muchos admiradores del bonancible gigantón, en el capítulo de marras Hodor tiene que sacrificar su vida para salvar la de Bran, pues cuando el ejército de Caminantes Blancos ataca la cueva, Meera Reed empuja el carromato de Bran mientras que pide al bonachón sirviente que utilice su descomunal tamaño y fuerza para sujetar la puerta por la que ambos, Bran y Meera, huyen. Aquí está la escena en su lengua original, con subtítulos en la misma.



   Si en los capítulos anteriores el pequeño Wylis sí sabía hablar, ahora sabemos la razón por la que dejó de hacerlo: al entrar en su cerebro para salvar la vida, Bran lo hizo en el pasado, a través del pequeño Wylis, para activar al Wylis del futuro. Esto provocó en el adolescente una enfermedad que, de acuerdo a esta futura doctora en neurociencia, se llama afasia expresiva. La joven estudiante ha utilizado precisamente el personaje y las circunstancias que rodean a Hodor para llamar la atención sobre este poco conocido trastorno cerebral.



  Además de la inmensa pena causada a los seguidores de la serie por la muerte de quizá el único personaje inocente que había en las tramas (como los propios protagonistas explican aquí), habría mil asuntos que comentar al respecto, en especial la intromisión de Bran desde el futuro en el pasado. Pero en realidad, y a pesar de publicarse esto hoy, en el Día del Orgullo Friki, voy solo a centrarme en un asunto puramente lingüístico. A raíz de la muerte, también conocemos que, en realidad, la palabra 'hodor', con la que nuestro amigote responde a todo, es una contracción de la frase que Meera Reed le decía mientras ella huía con Bran, 'hold the door', es decir, 'sujeta la puerta'. Así que el problema que se presenta a los equipos de doblaje que trabajan en la traducción de la serie es realmente peliagudo y, para mi sorpresa, ha suscitado un debate tremendo en la red, llegando incluso a ámbitos de la prensa más tradicional. Este año, además, estoy bastante sensibilizado con el asunto precisamente porque, dentro del programa de estudios de maestría y de doctorado de la Universidad de Lancaster, he estado dirigiendo un trabajo de maestría centrado en los problemas que otra serie, The Big Bang Theory, presenta para el doblaje en español.




  Volviendo a nuestro amigo Hodor, y tal como presumidamente se señala en esta farfolla de artículo (ya saben, los ingleses siempre dispuestos a sacar pecho de su supuesto carácter único en el mundo mundial), es obvio que la traducción va a ser más fácil en aquellas lenguas donde la palabra 'puerta' derive de la misma raíz indoeuropea dʰwer- de donde deriva el inglés 'door', como el alemán 'tür' o el turco 'dur', que era el ejemplo mencionado en el artículo. Por este motivo, la maniobra más lógica para lenguas románicas es abandonar la traducción literal de 'puerta' y jugar con la proximidad fonética de otros vocablos igualmente válidos. Por ejemplo, uno de los doblajes del episodio para hispanohablantes de la América hispánica ha escogido la frase 'déjalo cerrado' para traducir 'hold the door'. La variante es bastante acertada, pues la leve aspiración de la jota en 'déjalo' y la presencia de la erre doble en 'cerrado' hacen asemejar bastante bien la evolución del original 'hodor'.



  No he tenido la oportunidad de ver la versión con el doblaje que se ha hecho en castellano para los espectadores de España, aunque creo que lo más sensato sería dejarlo así, pese a todas las teorías barajadas al respecto de lo que debería hacerse. Los directores de doblaje tienen un reto bastante complicado ante sí, aunque, desde luego, todo sería más fácil si en vez de una serie dramática, se tratase de una parodia o de una comedia: en eso los españoles no tenemos rival. De hecho, desde las primeras horas en que #HoldTheDoor se convirtió en tema de máxima atención en las redes sociales, en especial en Twitter, el humor hispánico comenzó a hacer de las suyas




  De todas las soluciones paródicas propuestas, tal vez la mejor sea esta



  Claro, que poco más tarde encontré esta otra, que casi me gusta más.



  Y encima, alguien se atrevió a subir esta solución en vídeo:




  Eso sí, ya en serio, yo soy muy malo para estas cosas, pero ¿se os ocurre una solución mejor para mantener el nombre de Hodor traduciendo 'hold the door' al castellano? ¡Hagan juego, damas y caballeros! Comenten la entrada y digan sus preferencias.




sábado, 30 de abril de 2016

El Programa Erasmus de los docentes: mi experiencia de profesor visitante en la Universidad de Pescara

   Uno de mis mayores lamentos como estudiante fue el no haber tenido la oportunidad de disfrutar de una estancia en otro país europeo con las famosas Becas Erasmus. Los incipientes programas que se hicieron me pillaron ya tarde y, además, por mucho que ahora pueda sorprender (sobre todo a los de las generaciones obligadas a emigrar de España por las lamentables políticas de empleo de nuestros sucesivos des-gobiernos), en aquel entonces el universitario cañí era bastante poco proclive a este tipo de experiencia, influido también, cómo no, por las enormes trabas académicas y burrocráticas (no, no es errata) que uno se encontraba para todo. Pero el problema principal seguía siendo el mencionado en primer lugar: los estudiantes españoles, sobre todo comparados con los anglosajones (y aun europeos en general), éramos más de pueblo que las amapolas. Y como dice el refrán castellano, vaya otra vez el burro por delante para que nadie se espante.


   Con todos los factores negativos que ha traído (como la esclerotización del profesorado universitario, convertido en rellenadores de informes burrocrátas y absurdos que para nada valen y nadie lee; pero dejemos esto para otro momento), la tabula rasa que supuso la adopción del sistema europeo de educación, lo que conocemos con el nombre de Proceso de Bolonia, hizo posible que aquellos amapolitos poco a poco se fueran desperezando hasta la eclosión actual del Programa Erasmus. Tampoco es que sea la panacea universal, y son enormes y razonadas las críticas de los estudiantes hacia este modelo universitario (como bien se demuestra aquí). Pero la movilidad fomentada por los Erasmus al menos ha permitido que los europeos comprueben por sí mismos cómo se hacen las cosas en otros lugares y que, contrariamente a lo mantenido por los des-gobiernos de cada país, no hay una y única forma de enfocar los estudios, y la vida, por añadidura. Hay muchas más y todas ellas son igualmente válidas.


   Este año he podido sacarme la espina y por fin proceder con mi ansiada estancia Erasmus. Ha sido mediante un acuerdo que mi actual universidad, Lancaster University, ha firmado con la Università degli Studi "Gabriel D'Annunzio". De las dos ciudades en que este centro tiene campus, Chieti y Pescara, me incliné por ir a esta última, decisión motivada porque allí da clases uno de los mayores expertos en poesía de cancionero que he conocido: Marcial Rubio Árquez, este caballero tan elegante que fuma en pipa a imagen y semejanza de nuestro comúnmente añorado Umberto Eco.


  Así que después de unos cuantos papeleos burocráticos (esta vez sin doble erre), empecé viajando en avión a Roma, por aquello de que hay que economizar y el máximo beneficiado por el programa Erasmus, el señor Ryanair, es el que tiene los vuelos más baratos entre Inglaterra e Italia. Con todas las incomodidades que supone viajar en el equivalente a las auriseculares galeras de Argel, lo cierto es que no me puedo quejar: visitar la Ciudad Eterna es siempre una bendición, aunque solo sea por unas horas.


   El viaje en autobús desde Roma hasta Pescara es cómodo, de apenas dos horas, y tiene el atractivo de recorrer el país casi desde el Tirreno hasta el Adriático, pasando por los Apeninos y los Abruzzos. Entre ríos, valles y pueblecitos encaramados en las montañas, como Roccacasale, el trayecto se disfruta como si uno estuviera en una novela de Edmondo de Amicis y fuese el mismísimo Marco.


   En Pescara encontré una ciudad portuaria típica, más grande de lo que esperaba, con el encanto que dan a tales núcleos urbanos todo el aparejo de los enseres de navegación, el barullo de los puestos de pescado, la actividad mercantil de los barcos y, por supuesto, las alegres caminatas por los paseos marítimos. Aunque el clima era todavía un poco frío cuando yo estuve, es fácil imaginar cómo será este sitio en verano: con todo el mundo disfrutando de playas y de gelatto.

  


  La universidad es pequeña pero dinámica, de fácil acceso y muy bien equipada en términos tecnológicos. Para empezar, se encuentra localizada en el centro mismo de la ciudad. Tal vez por deformación Complutense, siento debilidad por las universidades que están dentro de las ciudades, y no en lugares exentos y apartados. Me parece que las acerca más a todo el mundo y no las convierte en centros elitistas. Además, aunque no iba a estar por mucho tiempo, mis anfitriones del Dipartimento di Lingue, Letterature e Cuture Moderne tuvieron la amabilidad de facilitarme una oficina con mesa y ordenador para trabajar. En realidad solo necesitaba una tabla para apoyar mi portátil y apenas utilicé el que me dieron, pero el agradecimiento es el mismo.



  Gracias al programa organizado por el profesor Rubio Árquez, pude enseñar varias clases de cultura española de la Edad Media y los Siglos de Oro, además de dar una conferencia sobre Humanidades Digitales y su aprovechamiento en el estudio de tales materias. Me llamó mucho la atención lo altamente participativos que fueron los estudiantes italianos, sobre todo en la última sesión. Se ve que ahora que ya parece que vamos a comenzar a desenmascarar a los impostores que han abusado de tal etiqueta, la deconstrucción de las Humanidades Digitales va a tener que pasar, desde luego, por aquellos a quienes Marc Prensky denomina como "nativos digitales", pues a ellos es más difícil engañar.


 


  Aunque el acuerdo que hemos firmado por el momento solo incluye intercambio de profesores, estamos por ambas partes deseosos de extenderlo hacia los estudiantes, de forma que los nuestros puedan cursar italiano y español en Pescara y los italianos puedan venir a aprender inglés y otras materias a Lancaster. Desde luego, la idea esencial con la que regreso después de mi estancia es la de fomentar en lo posible tales vínculos. En términos educativos y casi, casi intelectuales, si algo queda de esa idea magnífica (vejada por sus miserables políticos, para no variar) de una Europa unida en su diversidad por rasgos culturales que asemejan a todos sus miembros, es precisamente el matiz que aporta el Programa Erasmus a todos los estudiantes que han pasado por él. Y esto es el logro más alentador del programa, incluidos a los profesores, cuando acudimos a ver cómo se enseña y qué en otros países que no son donde nosotros damos clase. Por más que los adláteres de la zoquetuda liberalidad pseudoeconómica gruñan quejándose de que los Erasmus solo son jóvenes de juerga y bebiendo alcohol pagados por sus impuestos, la realidad es otra bien distinta. Si os parece, intensitos macroeconómicos, cuando acaban su día de estudio los estudiantes se van a encerrar en un monasterio a copiar manuscritos a pluma de ganso... 


  En fin, dejemos de dedicar tiempo a quienes no lo merecen. Vaya un spritzer con Aperol y Campari para todos vosotros, queridos lectores, en celebración de mi primera estancia Erasmus como profesor. Y vaya también el brindis para expresar el deseo de que se sigamos colaborando con la Universidad de Pescara en el futuro.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

#Congresos: mi "Camino inglés" a Santiago y el de Leonor López de Córdoba desde Lancaster

  En noviembre falté a mi obligada cita mensual con este blog, pero la verdad es que ha sido un mes frenético, con mucha actividad investigadora y docente. Aunque el hecho de participar en varios proyectos de investigación incluya viajar con relativa frecuencia, la verdad es que se me han juntado tantos eventos en apenas treinta días que me han obligado a hacer más kilómetros que el baúl de la Piquer, como diría un castizo.



  Comencé la primera semana de noviembre viajando a Santiago de Compostela, donde, además de disfrutar de la ciudad y de la hospitalidad de sus gentes, asistí al coloquio Afinidades espirituales y contactos fronterizos en la vertiente occidental ibérica (ss. XII-XV), organizado por el Instituto de Historia del CSIC y el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento. 



  En este seminario hablé de un protagonista de nuestra historia medieval a quien ya mencioné en este blog: Juan de Gante, Duque de Lancaster. El hijo de Eduardo III de Inglaterra, entre 1386 y 1387, se plantó con su ejército en La Coruña pretendiendo ceñir la corona de Castilla como legítimo heredero del trono, pues lo era merced a su matrimonio con la infanta Constanza. Esta dama era hija de Pedro I, el rey a quien su propio hermanastro, Enrique de Trastámara, había asesinado tras derrotarlo en la batalla de Montiel (1369), tras lo cual se coronó como Enrique II. Mi intervención se centró precisamente en cómo el hijo y sucesor de Enrique II, Juan I, tuvo que enfrentarse a este intento de invasión anglo-portuguesa de Castilla. Para ello, apeló a la defensa espiritual del reino por parte de sus súbditos, así que no se le ocurrió otra cosa que denunciar que los ingleses eran malos cristianos, unos pseudoherejes y unos demonios, vaya, porque querían cambiar nuestras costumbres puramente castellanas con su inquina ánglica. 



  ¡Cuántas veces no habremos escuchado esta misma excusa por parte de los políticos patrios con el único objetivo de salvar sus posiciones de preeminencia! Lo más curioso es que la arenga que Juan I pronunció durante las Cortes del reino, celebradas en Segovia durante 1386, ha dejado un interesante rastro documental como texto exento, que fue lo que me atrajo del discurso. Es el caso, entre otros, de este documento de la Real Academia de la Historia que veis aquí abajo, fuente de primer orden para calibrar la importancia de aquellos sucesos y que, en el futuro, me dispongo a editar para darlos más a conocer entre el público, tanto especializado en el tema como el curioso sin más del medievalismo hispánico.



    Días más tarde de disfrutar de las delicias gastronómicas gallegas, tuve el honor de recibir en mi actual universidad a Cristóbal Ramírez, presidente de la Asociación de Periodistas y Estudiosos del Camino de Santiago, que vino a dar una charla sobre el Camino de Santiago para que nuestros estudiantes pudieran practicar un poco más su español.




  Con su proverbial desparpajo gallego, Cristóbal nos habló de la historia del camino de Santiago, centrándose sobre todo en las descripción de una de las rutas jacobeas más importantes y, de forma sorprendente, más desconocidas: el camino inglés. Naturalmente, fue el que siguió el ya citado Juan de Gante, Duque de Lancaster, durante la invasión planeada de 1386, así que olvidé un poco de mi labor de anfitrión para aguzar el oído como un asistente más al evento. Y ciertamente aprendí bastantes cosas de este itinerario, que desconocía por completo.



    Pocos días después de despedir a Cristóbal volví a viajar, esta vez a Madrid, para intervenir en el Ciclo de Conferencias Reinas, Infantas y Damas durante la dinastía Trastámara, organizado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. Gracias a su amable invitación, intenté desgranar los datos vitales y políticos de dos mujeres medievales, Leonor López de Córdoba e Inés de Torres, que desempeñaron un papel de capital importancia como consejeras de la reina Catalina de Lancaster, sobre todo durante la minoría de edad de Juan II, rey de Castilla entre 1406 y 1454.


  La presencia como presentador del evento de mi antiguo maestro en la Universidad Complutense, César Olivera Serrano, añadió un detalle de calidez a esta conferencia. La verdad es que hablé mucho, tal vez demasiado: me ocurrió algo que no me suele suceder, como es saltarme el tiempo estipulado para mi intervención, que fue de 50 minutos. Lo sentí mucho porque apenas pude dar unos detalles de las Memorias dictadas por Leonor López de Córdoba, y de cómo sabemos con seguridad que ese fue el mecanismo utilizado por la autora gracias a este documento, con el que me tropecé hace años en la Library Congress de Washington y que edité y estudié aquí.



  La Fundación Tatiana Pérez de Guzmán, en su afán por hacer públicos todos sus contenidos culturales, dispone de un canal en Youtube, en el cual se pueden ver todas las intervenciones de este ciclo, llevadas a cabo por destacados especialistas en cada una de las mujeres analizadas. Aquí os dejo el enlace de la mía, por si, durante alguna noche de insomnio, alguien necesita encontrar remedio ;-)


  El colofón al mes viajero lo puse ayer mismo, después de regresar a Lancaster. Como ya anunciaba en la anterior entrada de este blog, celebramos una de las clases de mi curso sobre brujería, herejía e inquisición en el castillo de Lancaster, el mismo lugar donde, en 1612, se celebraron los más famosos juicios por brujería del condado de Lancashire


 Para este evento tuvimos la grandísima suerte de contar con la intervención de Colin Penny, Director del Museo del Castillo de Lancaster, que nos guió primero hacia las celdas donde los prisioneros aguardaban su juicio.



  Todos disfrutamos mucho de las explicaciones de Colin Penny, el cual nos situó en el contexto social e histórico adecuado aquellos famosos sucesos. En fin, bien acompañado por mis estudiantes y por los instrumentos que habitualmente uso para torturarlos, me despido mientras me dispongo a deshacer las maletas y a dormir un poco. ¡Hasta la próxima!


miércoles, 14 de octubre de 2015

Nuevo año escolar, nuevo curso: brujería, herejía e inquisición en la Europa medieval y moderna

  Como ya he dicho alguna otra vez en este blog, por mucho que nos tomemos las uvas en diciembre, como todo el mundo, para un profesor universitario el año empieza entre septiembre y octubre, con el comienzo del curso escolar. Este año, para cambiar un poco la perspectiva de lo que he enseñado antes, y también para ni aburrirme yo ni aburrir a mis estudiantes, voy a dar por primera vez un curso en el que hablaremos sobre brujas (y brujos), herejes (pero no de herejas) e inquisidores (inquisidoras no recuerdo que hubiera, a pesar de que gramaticalmente exista el término). Como anécdota curiosa, meses atrás, hurgando entre mis muchas cajas de cedés musicales todavía  sin colocar, encontré por casualidad (o no), los grandes éxitos del gran Steve Miller y sus muchachos, que me acompañaron bastantes veces durante este verano (ya sabéis, esos tres meses que dicen las malas lenguas que los profesores no trabajamos), mientras que diseñaba el curso y establecía lecturas primarias y secundarias. Así que vamos a empezar con él para poner banda sonora a esta entrada. Sí, cierto: es uno más de aquellos vídeos ochenteros que apenas se dejan ver hoy día sin troncharse de risa, pero hay que disfrutarlos de tan horteras que son.


  En el temario del curso (que se puede consultar completo aquí) vamos a analizar varios de los más famosos casos de herejía, brujería e inquisición de la Historia de Europa entre los siglos XIII y XVII, así como su reflejo en la literatura de la época en que se produjeron.


  
  Empezamos la semana pasada con el marco teórico y conceptual de los elementos a analizar, y estos días ya nos hemos metido en harina de la buena, estudiando la Divina Comedia de Dante y, sobre todo, su mención a Fray Dulcino de Novara y el movimiento igualitario de los Pseudo-Apóstoles. Para calibrar mejor su calado, he utilizado algo que seguro tenéis todos en mente: la famosa escena de "Penitenciàgite!" que sale en la magnífica versión cinematográfica de El nombre de la rosa, la novela de Umberto Eco llevada a la gran pantalla por Jean-Jacques Annaud.


  Trabajar con películas es uno de los elementos novedosos de este curso. Cada semana, para cada lectura y cada época, los estudiantes tienen un film sugerido para ver y comprender mejor el entorno histórico y cultural en el que nos vamos a ver con las lecturas. Por ejemplo, la semana que viene trabajaremos con los Geisslerlieder alemanes, los cantos de los flagelantes, para lo cual nos serviremos de algunas imágenes del clásico de Bergman, El séptimo sello, como por ejemplo su magnífica escena inicial.



  Uno de los mayores atractivos de diseñar este curso fue la posibilidad de cubrir las lenguas y literaturas de mi época de especialidad (Edad Media y Siglo de Oro), en las cuatro lenguas (italiano, alemán, español y francés, además del inglés, nuestra lingua franca) que se enseñan en mi actual casa, el Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras de la universidad de Lancaster. Los textos se leen en el idioma original en que fueron compuestos (versión modernizada en algunos casos) y en inglés actual. Por ejemplo, esta es la obra que analizaremos correspondiente a la literatura francesa: la Ballade des dames du temps jadis, de François Villon, en el que aparece el personaje a estudiar, Juana de Arco.


  
  El momento más especial del curso va a ocurrir durante la penúltima semana de clase. Primero, porque hablaremos de las brujas locales (con perdón), es decir, de las famosísimas Pendle Witches, uno de los casos más y mejor documentados en Inglaterra relativo a brujería, que tuvo lugar aquí, en Lancaster, durante el año 1612. Pero lo que hará más especial la ocasión es que celebraremos la clase precisamente en el mismo lugar en el cual el juicio tuvo lugar: en el castillo de Lancaster.



  En la primera parte de la sesión, visitaremos las mazmorras en las que las Jennet Preston y las demás acusadas fueron encerradas y sufrieron tormento.



  Poco después, el director del museo del castillo, Colin Penny, nos dará un charla acerca de aquellos sucesos en el mismo lugar donde las brujas fueron juzgadas: la corte judicial de la corona británica situada en el castillo del Duque de Lancaster.



  Como es costumbre en mis clases, los temas semanales están abiertos a discusión académica pública. Por lo tanto, cualquier lector con un mínimo de conocimientos (para empezar, de inglés, lengua en la que se imparten las clases) podrá participar con nosotros y seguirnos en Twitter a través del hashtag general del curso (#DELCwitchcraft15) y de los generales de cada semana. Aquí abajo podéis ver una muestra de los temas y debates que hemos tenido hasta ahora; comprobaréis que mis estudiantes conforman un grupo de animoso, participativo y, sobre todo, con muchas ganas de aprender, incluyendo también el uso de nuevas tecnologías. 



  
  Así que animáos a participar. ¿O es que vais a encontrar algo mejor en Twitter que hablar de brujas, herejes e inquisidores conmigo y mis estudiantes? ;-) 

viernes, 31 de julio de 2015

#Bibliotecas (IV): UCLA. California always on my mind.

  En la entrada estival de este blog os hablaré de mi última estancia de investigación ligada al Proyecto PhiloBiblon, que ha tenido lugar a principios de este mes de julio de 2015 que ya se nos va, en mi añorada California. Concretamente, esta vez estuve varios días indagando en las bibliotecas de la Universidad de California en Los Ángeles, más conocida por sus míticas siglas, UCLA, esas que los españoles pronunciamos tal como suenan, todas seguidas, para desesperación muchas veces de nuestros amigos norteamericanos, que no entienden que nos referimos a la archiconocida iu-si-el-ei.


 En principio, el campus es gigantesco pero en él da gusto pasear, sobre todo si no hace demasiado calor. En caso contrario, mejor que salgas a escape hacia donde tengan aire acondicionado porque te vas a cocer vivo.


  El primer lugar de trabajo fue la Charles E. Young Research Library, en cuyos estantes se alberga la mayor parte de los libros de fondo antiguo (manuscritos, incunables e impresos de los siglos XVI y XVII) poseídos por UCLA. 


  Como veis, se trata de un edificio muy moderno, si bien la sala de lectura es un poco pequeña e iluminada sólo con lámparas eléctricas. Por desgracia, la luz natural no es el fuerte de esta sala, elemento muy apreciado por quienes (como el que esto escribe) tienen que lidiar a diario con letrujas endiabladas escritas hace siglos.


  Con tan pocos días como los que conté para investigar (apenas una semana), en realidad fui un poco a tiro hecho, es decir, a por tres piezas que ya sabía que se encontraban en la biblioteca. Y además, dos de ellas no eran para la bibliografía de PhiloBiblon con la que habitualmente colaboro, que es BETA (Bibliografía Española de Textos Antiguos), sino que eran para BITECA (Bibliografia de textos antics catalans, valencians i balears).  Esta ha sido la primera de mis investigaciones en el nuevo proyecto que dirigen Gemma Avenoza y Lourdes Soriano, al que el Ministerio de Educación acaba de conceder una subvención.



  El primer objeto que tuve entre mis manos fue esta edición de 1555 del cancionero de Ausías March. La producción lírica del gran versificador (calificarlo como 'poeta' o 'trovador' puede comenzar una guerra internética entre especialidades académicas, así que Vade retro!) afincado en el Levante español (idem anteriorem) durante el final de la Edad Media, fue una de las más fecundas de la época, razón por la cual fue reimpresa y traducida a lo largo del siglo XVI por diversos ámbitos europeos. 




  Para el siguiente códice me tocó cambiar de ubicación, pues, al tratarse de un librito con recetas médicas escrito en catalán, estaba localizado no en la Biblioteca Charles E. Young, sino en la sala de lectura de colecciones especiales de la Biblioteca de Medicina de UCLA.


  Como veis, un laberíntico mastodonte donde (confieso) me perdí un par de veces antes de llegar a la salita donde me esperaba esta pequeña maravilla. Llamarlo 'librito', como veis, no es ningún apelativo cariñoso, sino toda una realidad.


  Se trata de una recopilación de prescripciones médicas, sobre todo relacionadas con urología, pero no exclusivamente. El manuscrito perteneció a Ernest Moliné i Brasés, erudito catalán que lo editó en 1914 dentro del Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, en dos partes (disponibles aquí: 1 y 2). En el catálogo de UCLA el manuscrito lleva por título Conoximent de les orines, aunque en la edición mencionada se le llamó, un tanto aleatoriamente, Receptari de Micer Joan (y así figura en BITECA). No obstante, estoy de acuerdo con Lluís Cifuentes i Comamala, quien más a fondo y más recientemente ha analizado esta obra aquí, en que tal vez sea mejor simplemente denominarlo Libre de reseptes, pues tal es el título que figura en el códice, como se aprecia aquí con el subrayado rojo.



  Como también puede apreciarse en el círculo verde, la obra se comenzó a redactar en 1466 y es factible que el grueso de su contenido sea de aquellos mismos años. No obstante, también existen numerosos añadidos posteriores, de época y de letra, probablemente de mediados del siglo XVI, lo que muestra que el tratado continuaba todavía siendo de uso común unos cien años más tarde de que fuera compuesto por primera vez. Estoy seguro de que los especialistas en literatura médica medieval pueden encontrar aquí una auténtica mina para sus investigaciones.


  Todavía volví un par de jornadas más a la Charles E. Young Library, esta vez para encontrar un códice medieval aragonés que, hasta donde llegan mis conocimientos, ha permanecido inédito en nuestros días. Se trata del Ms 170/307 de la Bound Collection  de UCLA, que contiene las ordenanzas de la cofradía de San Julián, de la ciudad de Teruel.


  Al igual que veíamos en el caso del recetario catalán, este precioso manuscrito de pergamino tiene diferentes letras que testimonian otras tantas épocas de uso y de composición. Así, comenzó a redactarse en 1402, y a tal época corresponde esta magnífica caligrafía gótica de los folios iniciales.

  
 Más adelante, nos encontramos con otro tipo de letras, desde la humanística hasta la cursiva aragonesa, sobre todo en el añadido de nuevos capítulos y estatutos efectuada por los miembros de esta cofradía turolense. En definitiva, es un manuscrito al que le dedicaré más tiempo en el futuro para poder extraer toda la información que pueda.

  Con esta novedad puse fin a mi estancia en las bibliotecas angelinas... bueno, no. Todavía me quedaba sufrir el atasco de tráfico en la CA-60 East al volver a casa después de cada día de investigación.


... bueno, miento, no era al volver a casa: era al ir a visitar el templo de UCLA, el lugar donde el mismísimo Kareem-Abdul Jabbar se tomaba sus alitas picantes.


  ¿De verdad pensábais que iba a ir a UCLA una semana sin algo de baloncesto por medio? ¡Imposible! :-P